Economía del bien común: sociedades mas fuertes
La economía del bien común, impulsada por el economista Christian Felber, está siendo cada vez mejor considerada, ante la crisis que vivimos.
Soy impulsora de la transformación de la economía, para hacer de este mundo un lugar sostenible, hermoso, en equilibrio, donde el bien común este por encima del logro del beneficio empresarial como principal objetivo (capitalismo); o que el reparto igualitario de los bienes (socialismo, comunismo) lleve a una sociedad plana, sin estímulos para la creatividad y el crecimiento como resultado del talento y del buen hacer profesional o empresarial.
La economía del bien común se basa en los mismos valores que hacen florecer nuestras relaciones: confianza, cooperación, aprecio, democracia, solidaridad. Según recientes investigaciones científicas conseguir buenas relaciones es la mayor fuente de motivación y felicidad de los seres humanos.
Ha llegado hasta mi un video, sin que haya podido identificar a la ponente, aunque al final del mismo indica que es una charla Ted en Argentina. Transcribo, bastante literalmente, su intervención. Las raices japonesas de la ponente son claras.
“Creo que ciertos comportamientos y respuestas sociales e individuales de la sociedad japonesa, pueden servirnos a la hora de afrontar una crisis sanitaria y económica como esta.
¿Que podemos aprender de la cultura japonesa para salir de esta crisis?

¿Por qué Japón pudo evitar mayoritariamente el impacto del contagio si ya en enero se dio el primer caso, estando tan cerca de China?
¿Como teniendo casi 130 millones de habitantes en muy reducido espacio, teniendo de las poblaciones de tercera edad mayores del mundo? siendo el segundo país con más fumadores por cantidad de habitantes. ¿Como es que en Japón la infección de este virus no ha tenido un crecimiento exponencial, sino un avance lineal, ralentizado, hasta ahora?
Sabemos que este coronavirus es muy contagioso. En estos datos demográficos entonces Japón nos presenta un coctel que permitiría una gran propagación de la enfermedad. Básicamente hay muchísima gente, en espacio reducido y un 25% de esa población con más de 65 años.
La sociedad japonesa está educada de tal manera que responde de forma orgánica y unida ante cualquier evento que la comprometa. Japón paso por guerras, tifones. Japón experimenta 1500 terremotos por año, 1000 temblores por día. Generación tras generación ha tenido que sobrellevar catástrofes, naturales o generadas por el hombre.
¿Que beneficios aporta la cooperación?
Esto lo podemos pensar con algo que les gusta mucho a los argentinos: los equipos de futbol. ¿Qué equipo de futbol va a tener mejor actuación ante un momento crítico? El equipo que entrena todos los días, tiene infraestructura, ¿en el que cada uno sabe que tiene que hacer? O el equipo que nunca entrenó, que no tiene infraestructura, ¿y que tiene que salir a improvisar?
Las directivas de distanciamiento social, higiene y comportamiento individual, sea en sociedad o en la casa propia, la población japonesa lo tiene establecido desde hace cientos de años. No hace falta decir “no abrazarse”, “no darse besos”, porque no lo hacen. Se saluda con una reverencia, dar distancia es un gesto de respeto, y la mayoría de los trabajadores en lugares públicos usan guantes. No hace falta recomendar quitarse los zapatos al entrar a la casa, porque ya es costumbre. No hay que indicar que no hay que estornudar o toser sobre otra persona, porque esto es un protocolo habitual entre los japoneses. De hecho, estudios de hace años muestran que más del 50% de japoneses utilizaran mascarilla, no para protegerse a si mismos, sino para proteger al otro.
Este es el mensaje fundamental de una cultura colectivista: el bien de todos es más importante que el bien de una parte, como ocurre con la economia colaborativa.

EL JUEGO DE LA SILLA
Para cerrar este me gustaría comentar una experiencia que hicieron dos maestros occidentales en un colegio en Japón. Seguramente conocerán el juego de las sillas. Se pone música, sillas en un círculo, una menos que la cantidad de participantes y se van sacan de una en una en cada ronda. Se hizo esta experiencia en Japón y los chicos, en vez de empujarse para ocupar una silla, quedaron todos cediendo el lugar a un compañero, por la vergüenza de sentir como gana uno cuando otro sufre.
La palabra japonesa Amae se refiere al deseo humano de ser cuidado o querido y de mostrarse prudente en las relaciones. El amae juega un papel fundamental en una sociedad colectivista donde el individualismo está mal visto y se fomenta el poder del grupo en general. El amae ayuda a crear interconexiones armoniosas tanto dentro de la familia como en la empresa o en grupos de amigos. Fomenta la confianza en que el otro me va a cuidar, en consonancia con el sentir que me voy a realizar cuando sentimos que cuidamos de otro”

Para avanzar en el cambio de la economía que nuestra sociedad necesita necesitamos recuperar valores humanos y de crecimiento solidario, sostenible, ecológico. Una sociedad colectivista se ayuda a si misma. Cada individuo contribuye al bien de todos. La economia del bien comun valora la democracia, la ética y el desarrollo sostenible.
Quizá la grave situación sanitaria que estamos viviendo, que ha provocado un parón de la economía a nivel global, nos fuerce a replantearnos nuestra forma de vivir, de producir, consumir, conservar, reciclar.
Quizá podamos abrirnos a que, al igual que determinados sistemas de la naturaleza, la cooperación y el apoyo mutuo sean más eficientes para generar una economía sostenible, circular, eficiente también. Todos somos parte de este mundo. ¿Podremos hacer los cambios sociales, económicos y políticos necesarios?

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